miércoles, 13 de junio de 2012

La Honestidad 


Ser honesto es ser real, auténtico, genuino. Ser deshonesto es ser falso, ficticio, impostado. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás. La deshonestidad no respeta a la persona en si misma ni a los demás. La honestidad tiñe la vida de apertura, confianza y sinceridad, y expresa la disposición de vivir en la luz. La deshonestidad busca la sombra, el encubrimiento, el ocultamiento. Es una disposición a vivir en la oscuridad.
La deshonestidad no tendría ningún papel en un mundo en que imperara la realidad y estuviera habitado por seres humanos plenamente conscientes. Desgraciadamente, debemos de convivir con la deshonestidad. Los humanos, abrigamos una variedad de tendencias e impulsos que no armonizan espontáneamente con la razón. Los seres humanos necesitan práctica y estudio para convertirse en personas benévolas en las que retomar la chispa divina de la que emergimos. En ese intento hacen muchas cosas que la prudencia les aconseja ocultar. Mentir es una “fácil” herramienta de ocultamiento y, cuando se emplea a menudo, pronto degenera en un vicio que arrastra hacia lo contrario.
La honestidad es de suma importancia. Toda actividad social, toda empresa humana que requiera una acción concertada, se atasca cuando la gente no es franca. La honestidad no consiste sólo en la franqueza, la capacidad de decir la verdad, sino en la honestidad del trabajo honesto por una paga honesta.
La Solidaridad

 Es una de los valores humanos por excelencia, del que se espera cuando un otro significativo requiere de nuestros buenos sentimientos para salir adelante. En estos términos, la solidaridad se define como la colaboración mutua en la personas, como aquel sentimiento que mantiene a las personas unidas en todo momento, sobretodo cuando se vivencian experiencias difíciles de las que no resulta fácil salir.
Debido al verdadero significado de la solidaridad no es de extrañarse que escuchemos este término con mayor frecuencia cuando nos encontramos en épocas de guerra o de grandes de sastres naturales. De este modo, gracias a la solidaridad es posible brindarle una mano a aquellos que resultan menos favorecidos con este tipo de situaciones.
Como vemos, la solidaridad es más que nada un acto social, una acción que le permite al ser humano mantener y mantenerse en su naturaleza de ser social. Debido a lo anterior es que resulta fundamental fomentar y desarrollar la solidaridad en todas sus aristas, ya que no sólo será necesario llevar a cabo las acciones de las que se requerirá en momentos de guerra o desastres naturales, sino que será fundamental de aplicar cuando alguno de nuestros seres queridos, ya sean amigos o familiares, tengan algún problema en el que nuestra ayuda o compañía sean un aporte para mejorar en cierto modo la situación.
No es de extrañarse entonces que la solidaridad se comporte como la base de muchos otros valores humanos o incluso, de nuestras relaciones sociales más valiosas, tal como es el caso de la amistad. En este sentido, la solidaridad nos permite sentirnos unidos a otras personas en una relación que involucra sentimientos necesarios para mantener el funcionamiento social normal. En términos más generales, puede incluso permitirle al hombre sentir que pertenece a determinado lugar, en otras palabras, permite desarrollar sentimientos como los de pertenencia a cierta nación, manteniendo a los ciudadanos de un mismo lugar luchar juntos por un mismo motivo o trabajar unidos para lograr una misma meta.
La felicidad 

¿Por qué preguntamos "qué es la felicidad"? ¿Es ese el enfoque correcto? ¿Es la correcta manera de investigar? No somos felices. Si fuéramos felices, nuestro mundo sería por completo diferente, nuestra civilización, nuestra cultura, serían total y radicalmente distintas. Somos seres humanos infelices, triviales, carentes de valor, peleadores, vanos, nos rodeamos de cosas inútiles, nos satisfacemos con ambiciones mezquinas, con el dinero y la posición social. Somos seres desdichados, aunque podamos poseer conocimientos, dinero, casas ricas, muchos hijos, automóviles, experiencia. Somos seres humanos tristes, sufrientes, y debido a que sufrimos, deseamos la felicidad; y así nos dejamos arrastrar por aquellos que nos prometen esa felicidad, social, económica o espiritual.


¿De que sirve, cuando estamos sufriendo, preguntar de qué sirve la felicidad? ¿Podemos comprender el sufrimiento? Ése es nuestro problema, no cómo ser felices. Somos felices cuando no estamos sufriendo: debemos, pues, comprender qué es el sufrimiento. Pero, ¿Podemos comprender qué es el sufrimiento cuando una parte de nuestra mente está escapando en la búsqueda de la felicidad, de una salida para la desdicha?
La Amistad 

La amistad, es una de las relaciones humanas más hermosas. Esta se puede formar en cualquier etapa cronológica de la vida; la edad es irrelevante cuando se trata de formar amigos, y no solo la edad no es relevante, sino que esta relación se da entre personas de trasfondos y pasados muy disímiles. Lo mismo ocurre con el género, o sea que cultivamos la amistad no sólo con nuestros congéneres, sino que también con el sexo opuesto. Y no por ello, significa que uno está enamorado de aquella otra persona, en el sentido romántico del amor. Claro que a veces, se da el caso en que uno amigo se enamora de su amiga. O al revés. Pero también se da, que la amistad puede unir con amor a dos personas de distinto sexo, sin que ninguno de los dos sienta una atracción física o romántica por el otro; por esto a veces si dice que la amistad es un "amor" del más puro.
Y se habla de amor, ya que la amistad, es justamente aquello. Es un sentimiento de amor por otra persona. Uno ama a su amigo, por el cual estaría dispuesto a sacrificar la vida, por él o ella, si fuera necesario. Existe un dicho, que clarifica muy bien, lo que es una amistad, “al amigo se le llama para contarle una buena nueva, pero aparece de sorpresa, cuando la desgracia nos ronda”. Aquella frase, clarifica de excelente manera, lo que es la amistad.
Dentro de cualquier relación de amistad, surgen diversos comportamientos hacia la otra persona. Muchas veces el amigo es "pañuelo de consuelo" frente a una pena del otro. También existe respeto, simpatía, cariño, compañerismo, tolerancia, afinidad de pensamientos, y las mismas creencias valóricas. La mistad no surge de un sentimiento de egoísmo o aprovechamiento. Aquello no es amistad, sino que solamente interés. Todo lo contrario, a lo que se puede pensar respecto de una amistad.
Pero sobretodo, la amistad es una relación, en la cual hay que trabajar. No basta con señalar que uno es amigo de otra persona. Con ello no ocurre nada. La amistad es todo lo contrario, es dedicarse a esa otra persona, destinarle tiempo, para saber de ella, como está, cuales son sus sueños y aspiraciones. Es preocupación y compromiso frente as sus necesidades. Es saber escuchar y no querer ser escuchado. Por lo mismo, es que uno no es amigo de todas las personas. Ya que uno no siempre está dispuesto a abrirse y dar el mismo esfuerzo por todos los que nos rodean. Es por ello, que muchas personas que a veces frecuentamos son sólo conocidas. En variadas los vemos y saludamos, pero no nos damos el tiempo o no nos esforzamos por profundizar aquella relación.
Pero hay una cosa clara, cuando uno conoce a una persona, se siente algo especial, en la medida que creamos que vamos a llegar a ser amigos. Existe un no sé qué, que proviene del alma. Ya que entre amigos existe una clara atracción espiritual. Por lo mismo, para hacer amigos, no hay una receta universal. Esta, sola se da. Lo único que hay que hacer, es conocer a distintas personas. Ya que no se puede fabricar una amistad. La mistad no se fuerza. Se da de manera gratuita.
El Amor
Del amor se habla mucho pero más que decir palabras bonitas, el amor es puro sentimiento, tal vez la emoción más bonita y bella que ser humano pueda sentir. Existe amor de familia, de padre o de hijo o de hermano, amor de amigo o amiga, amor de pareja, amor de amante, simplemente amor. Existen muchas clases de amor pero todos llevan a un mismo sentimiento supremo.
El amor se puede expresar de miles maneras, utilizando para ello cada uno de los sentidos externos que tienes y aún a través de la interiorización del sentimiento. Con la boca puedes expresar bellas palabras que unidas pueden parecer una sinfonía, la cual suavemente es escuchada por el ser querido hasta penetrar en el inconsciente. Con las manos puedes entrar en contacto con el amor para que de manera tangible compruebes que te       encuentras en la tierra y no en un paraje del cielo.

Se dice que los hombres perciben mejor el amor por los ojos porque son eminentemente visuales, y que las mujeres lo hacen en forma auditiva, prefiriendo las melodías y suaves sonidos en lugar de la estética o buena figura. No importa si se trata de un falso testimonio o una verdad a medias, porque lo más importante es que el amor lo sentimos todos y lo anhelamos todos, sin importar el medio que utilicemos para magnificar sus efectos.
Por amor se han perdido coronas y reinados, como nos lo dice la historia, por amor se han conquistado territorios y bastas regiones. Porque el amor motiva a la vez que enceguece, aumenta el deseo de vivir y de realizar grandes gestas y obtener mejores resultados. Si deseas obtener el mejor rendimiento en tu profesión o empresa o negocio, la mejor receta es enamorarte de cada una de ellas, enamorarte de la actividad que desarrollas, enamorarte de ti mismo y de la gente que te rodea.
El amor rompe las barreras estrictamente íntimas y reservadas, para expresarse a la humanidad, como lo demostró la madre Teresa de Calcuta y muchos otros personajes que se entregaron al servicio del prójimo. Por ello, la mejor capacitación y entrenamiento para prestar un mejor servicio a los clientes, es entregar amor a través de tu trabajo, pensar en los clientes y dar lo mejor de ti mismo.
El amor todos los sentimos pero difícilmente nos pondríamos de acuerdo en la forma como se percibe él mismo. Algunos dirán, que es una felicidad interna inmensa que supera cualquier imaginación, y otros se referirán al amor como el dar y recibir en forma continua y permanente. El amor es caridad, es entrega y dedicación, es empatía y pensar en el prójimo, es desear el bien de tu pareja, es acompañarla en su destino y apoyarla para que llegue a cumplir su misión.
El amor es físico, es mente, es emoción y es espíritu. Por ello, el amor supera cualquier otra actividad o expresión, sentimiento y pasión, deseo y búsqueda. Muchas clases de amor pero un mismo sentimiento.